martes, 13 de octubre de 2009

Crónica y delirios de un escritor

Día 7

Llueve. Hace cinco días que no para de llover. La rutina de los días de lluvia hace cayos en mi cuerpo. Llueve. Ya no se que hacer. Mi mente no me permite volver al día exacto que comencé a pensar que historia quería escribir. Llueve y ninguna gota refleja la vida de las personas. Ninguna gota moja a un ser insípido que se deja inundar buscando ahogarse con su propia saliva. Todos corren, todos van. Y yo acá, muriendo para volver a vivir. Viviendo para poder morir. Hace días que no se me ocurre más que palabras sueltas:

muerte – miedo – negro – blanco – flash – oscuro – televisión -dinero - realidad - ficción – yo - él

Tendría que afeitarme. No encuentro mi cara en el espejo. No recuerdo mi cara. No se como soy en realidad ¿Soy en realidad? Y comienzo a recorrerme y recordarme ¿Quién era cuando niño? Solo jugaba solo ¿Nací? sin esencia ni perspectiva de vida. Todos nacemos así. Luego proyectamos. Y yo quise ser bombero, jardinero, jugador de fútbol y escritor. Creo que si hubiese sido bombero podría haber muerto en algún hito heroico y ya sería parte de algún libro de historia o alguna novela. Podría haber escrito un libro igual.

Y aparecen más palabras sueltas, tres, cuatro, cinco...ya perdí la cuenta. Necesito conectores :Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis..30. Treinta pastillas y un whisky malo de supermarket de estación de servicio. Y duermo, hasta no se cuando....duermo.

1 comentario: