Cierro los ojos y te veo: sos la primera imagen que aparece delante de mí. Tiemblo, me muerdo las muelas, comienzo a volar por no se donde, pero vuelo. El aire está tibio, tan tibio que calienta mis pies cansados, aturdidos de tantos días pesados y noches sin querer. Noches que no son más que tres estrellas en el cielo y un par de personas caminando abrazadas bajo las luces de las farolas. Farolas que están inmóviles, con su color negro un poco gastado; en algunas se leen grafitos. Escritos de personas que pasan, y pasando quieren dejar su huella. No se dan cuenta, los lastiman, y ellos no quieren alumbrar más; cansados de los maltratos, se apagan, se esconden bajo su propia oscuridad. Tinieblas de desprecio; sin más duermen ahí, asustados por el mundo en donde les tocó alumbrar.
Y yo sigo volando, por ahí. No soy un extraño para estas estrellas, y para estas calles tampoco. A esta ciudad la conozco; no es como dicen por otros lados, más allá del mar. Aquellas ciudades de luces, de torres y puentes. Puentes que conectan lugares, cual venas al cuerpo. Cuerpo que no puede respirar en otros lugares, solo dónde sus pies nacieron y tiraron raíces, hasta formar piernas, caderas, vientre, pecho, brazos, manos, dedos; cuello, cabeza: pera, labios, nariz, ojos, frente, pelos y, entre ellos, dos orejas.
Es ahí, en ese lugar, que vive en libertad. Sin importar qué ni cuánto. Es ahí, en su lugar en donde debe de estar, no estará mejor en ningún lado, es su tierra, su cultivo, su fruto, su leche, su pan.
Siento un leve respiro en mis manos: es el aire. Aire que da de comer a millones de personas, los nutre de sabiduría, de ganas, de vida. Aire que nace en las hojas de los árboles; de esos mismos que decoran cada rincón, los veo desde aquí. Veo sus copas, sus ramas y sus frutos. Veo que da cobijo a miles de pájaros, palomas. Voladores como yo.
Animales sin culpa de ser animales. Seres tan seres como nosotros: comen, duermen, viven, viajan, tienen cría ¿qué los diferencia? ¿La razón? ¡Por favor!, ¿Acaso no vuelan a lugares mejores? ¿Acaso no buscan su comida? ¿Acaso no saben cuando el peligro está cerca? El ser racional no lo sabe, ¿presiente catástrofes? Las provoca, ¿Eso nos hace mejores que otros seres? Parecemos tontos mirándonos a un espejo, esperando que nos diga que somos los más bonitos del lugar. Narcisismo, le dicen por ahí. O por acá, acá nomás: en tu barrio, en tu cuadra, en casa, en tu lugar.
Y sigo volando, veo a dos personas discutiendo, una llora, da vueltas, mueve las manos, no para de gesticular con todo su cuerpo; hasta sus pensamientos gesticulan. Uno se puede dar cuenta de eso: no puede entender por qué, los busca por todos lados de su mente: momentos, recuerdos, satisfacciones, peleas, ¿fue aquel día? ¿Este otro? No encuentra explicación. Pide por favor, otra oportunidad para respirar, no la encuentra. Quiere morir, necesita morir, vivir en otro lugar, en otro cuerpo, cerrar los ojos y que sus ojos no se ahoguen en lágrimas. Necesita que la tierra lo tape, necesita, necesita que lo abracen para volver a vivir, revivir, sonreír. Risa que alivia aquello que ni un buen día puede soplar. Sonrisas. Eso es lo que necesita, pero…¡no! ¡no puedo vivir sin él o ella! Solo quiere dormir, que se lo lleven. Ir y venir ¡Que locura! No puedo seguir. No existe una escuela que te enseñe a vivir. No hay nada que enseñe los cómo, los dónde, los cuáles. Preguntas que uno nace, preguntas que siempre se hace: ¿por qué? Simplemente porque somos seres racionales, hasta la medula. Por que esperamos a que un espejo nos diga que somos nosotros, los mejores. Pero, no hay que despertarse de este sueño, somos y nada más somos.
A veces preguntar tanto, nos carga de tanto (y saber también) ¿para qué preguntar los por qué de todo? ¿Dónde nos sirven los cuales? ¿Acaso los cómo solucionan las cosas? Sabemos respirar, y con eso nos alcanza. ¿Qué hay más allá? ¿De nuestras piernas (están los pies), ¿de nuestras manos (están los dedos)? Ya lo sabremos. Por eso yo cierro los ojos, y sos lo primero que veo...y te espero...
Nota al pie (de la letra):
Lo vas a lograr...te vas a transformar en Ícaro, lo presiento...je je
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