Hoy mis oídos viajaron a los 70. Aquellas épocas de Peronismos y dictaduras. Aquellos tiempos de colores psicodélicos y liberaciones interiores. Hoy me senté a degustar un buen vino con la voz de Luis Alberto Spinetta y ese disco sin forma lógica. En pocas palabras: libre.
Concebido en la década del 70, “Artaud” fue el disco emblema de la época. Con un power trio, Luis Alberto Spinetta se enfrentaba a la terrible sensación de sentirse libre, luego de tanta represión. Pero, el “mañana es mejor” que proclamaba el disco no esperaba que, tres años después, la libertad sería una vaga idea del pensamiento del “under” roquero.
Así era “Artaud”, un grito de libertad desaforado desde las mismas entrañas del joven Luis Alberto Spinetta. Así era, inspirado en aquel viejo poeta francés Antonin Artaud, que proclamaba al surrealismo como una revolución moral, un grito orgánico del hombre: “las palabras de nuestro ser contra toda coerción”.
Desgranar el disco es tratar de entender cuales son los ingredientes que conforman la categoría de libertad. Al hacerlo, nos damos cuenta que no hay nada, solamente una sensación única. Esa misma sensación que da escuchar cada pista: desde “Todas las hojas son del viento”, hasta “Las habladurías del mundo”
Respirar libertad
Volvía Perón y en las radios sonaba una “Cantata de puentes amarillos”, proclamando que “…todo camino puede andar…” y “…que las almas repudian todo encierro…”, de más de nueve minutos de duración o un “A Starota el idiota” que “…se quemará mirando el sol…”. Ese era Spinetta redimiendo su “auto-liberación” por su incapacidad de expresarse de manera más directa (como lo lograba el poeta francés) consigo y con los demás.
Esa “auto-liberación” sabía que “las palabras nunca son, lo mejor para estar desnudos”. Entonces, Luis logra desarticular la canción, el discurso poético, en “Por”, sujeta solo con sustantivos que surgían de las líneas melódicas.
Otro tema esencial era la maduración; y se expresa en el tema que abre el disco, “Todas las hojas son del viento”: algo así como una receta para roqueros que van madurando y armando una familia.
El paso del tiempo, para Artaud, significo ir reduciendo aquella proclamada libertad desde su formato informe: formato en cassette, cd, hasta mp3 guardado en un disco rígido. Aunque sigue vigente su alma, su ideología: hace poco fue elegido el mejor disco del rock nacional, tras cumplir cuarenta años. Algo así como un “ayer mejor”, todo lo contrario de lo que el álbum expresaba y nos enseñaba en el año 73.
Hasta luego.
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